miércoles, 12 de septiembre de 2012

Las Altas Fiestas Judías


ROSH HASHANÁ
Es la Fiesta del Nuevo Año Judío que tiene lugar el primero y segundo días del mes de Tishrei. Es el aniversario del primer día de la existencia del ser humano en el mundo, o sea, del sexto día de la Creación, y se considera el primer día del año lunar. Es el cumpleaños del mundo.
Se escucha el sonido del cuerno – Shofar- (Num. 29:1). Maimónides dice que el sonido del Shofar declara: “Despiértense dormidos de su siesta, y reflexionen sobre sus acciones, mejoren sus caminos y recuerden a su Creador...”.
Es también Yom Hadin: Día del Juicio. La tradición talmúdica enseña que, desde Rosh HaShaná hasta Yom Kipur, el destino de cada ser humano está determinado por el Juez Supremo. Es Día del Juicio y Día del Recuerdo y los sabios explican que tres libros se abren en Rosh HaShaná, algunos seres humanos merecen entrar al “Libro de la Vida”, otros entran al “Libro de la Muerte” y los demás tienen la oportunidad hasta Yom Kipur de arrepentirse y por eso entran al “Libro de los Intermedios”.
Todo esto es solamente escrito, pero no sellado.
En Yom Kipur se definen los Intermedios según sus acciones desde Rosh HaShaná. También en Yom Kipur se completa el Juicio de cada persona para el próximo año, y es sellado en el Libro correspondiente.
Es tiempo para reflexionar y mejorar antes de la determinación final de la Justicia Divina.
Rosh Hashaná (Cabeza del Año), junto con Yom Kipur (Día del Perdón), forman una unidad llamada Iamim Noraim (Días austeros – o días temibles-), tiempo de arrepentimiento, introspección y balance de las acciones realizadas, en consonancia con el recitado de plegarias y con una sensibilidad especial.
El 1º de Tishrei es cabeza del año porque, como la cabeza dirige al cuerpo, en este día se “predestinan” todos los hechos que ocurrirán durante el año.
En el mes anterior, Elul, Dios se acerca a Su creación para que mejore antes del Día del Juicio, mediante el arrepentimiento y los Selijot (rezos con súplicas escritos por grandes poetas y sabios hace cientos de años).
Rezando y elevándonos a un nivel más espiritual, contactándonos con Dios, aumenta la posibilidad de ser juzgados e inscriptos en el Libro de la Vida.
En realidad, somos nosotros los que cambiamos después del contacto con el Eterno.
Se come Jalá (pan trenzado), manzanas con miel, leicaj (torta de miel) y otras comidas especiales, porque los sabios dicen que la señal es significante, así comienza el año con dulzura y bendición.
En el primer día de Rosh Hashaná (o el segundo día, cuando cae el primer día en Shabat) la costumbre es ir al lado de un mar, río, lago o a un pozo de agua y recitar una plegaria especial (Tashlij) para recordar lo que dijo el profeta Miqueas en nombre de Dios: “Regresará y nos tendrá misericordia, esconderá nuestras maldades, y echará en lo profundo del mar todos los pecados”. (Miqueas 7:19). El recitado de este versículo y la plegaria frente el agua, opera como signo para iniciar el nuevo año limpios y purificados. Se vacían los bolsillos en el agua simbolizando la vacuidad del ser que se ha preparado para recibir al Ser. Es un día festivo, de renovación.
Tocar el shofar simboliza la aceptación de Dios como Rey y Creador. Rosh Hashaná es llamado “Kese” (oculto), porque la luna está oculta, y se diferencia de las otras fiestas del año que se celebran en medio del mes, con luna llena. El ser humano, simbólicamente, se oculta o se reduce ante la Justicia de Dios en el mundo.

YOM KIPPUR
Es el día de la expiación o perdón, del arrepentimiento y  la  reconciliación, considerado el día más santo y solemne del año. Comienza en el anochecer del noveno día del mes de Tishrei, y continúa hasta el anochecer del otro día. La comida, la bebida, el acicalamiento, el calzado de cuero y las relaciones sexuales están prohibidos. La oración comienza con el “Kol Nidrei” (arameo: todos los votos, todas las promesas) recitado antes de la puesta del sol, que concierne a los votos incumplidos hechos entre una persona y Dios, y no anula votos hechos entre personas.
Al contrario de la creencia popular, Yom Kippur no debiera ser un día triste, sino uno de reflexión y reencuentro con ÉL.


SUCOT
Es una festividad llamada también Jag HaSucot, la fiesta de las cabañas (en el Libro de Levítico 23:34), o Jag HaAsif (en el Libro de Éxodo 23:16), o simplemente HaJag, la fiesta, (en el 1er Libro de Reyes 8:2). Con la liturgia de los tiempos rabínicos también fue Zman Simjateinu (el tiempo de nuestra alegría). En el Libro de Levítico (23:34) Dios ordena: “Vivirás en las cabañas durante siete días… que tus generaciones conozcan que hice a los Hijos de Israel vivir en cabañas, cuando les saqué de la tierra de Egipto”.


Los símbolos prescritos en la Torá, aparte de la propia Sucá (cabaña), son los Arbaat Haminim, las "Cuatro Especies". "Y tomarán el primer día -de Sucot- gajos con fruto de árbol hermoso, ramos de palmas, y ramas de árboles espesos, y sauces de los arroyos; y se regocijarán delante de Adonai, vuestro Dios por siete días." (Levítico –Vaikrá- 23:40)
Los jajamim –sabios- dedujeron de este texto que la Torá se refería a: (Masejet Sucá 29:b, 32:a, 32:b, 33:b, 35:a) "fruto de árbol hermoso" = Etrog (cidro, que es un fruto cítrico); "ramos de palma" = Lulav (una hoja de palmera cerrada); "ramas de árboles espesos" = Hadás (tres ramas de mirto); -hadasím en plural- "sauces de arroyo" = Aravá (dos ramas de sauce “llorón”)-Aravot en plural-.
Durante todos los días de Sucot, excepto Shabat, en la mañana, las tres especies de ramas (que en conjunto se denominan también Lulav) se juntan en la mano derecha, mientras se sostiene el etrog en la izquierda con el pitam (pedúnculo) para abajo y se bendice "al netilat Lulav" –por asir el lulav-: Baruj ata Adonai, Eloheinu, Melej haolam, asher kideshanu bemitsvotav betsivanu al netilat lulav.
“Bendito eres, Adonai, nuestro Dios, Rey del universo, que nos santificas con tus preceptos y nos ordenas elevar el lulav”. Se recita la bendición de Shehejeyanu" (agradecimiento a Dios que nos mantuvo con vida).
Luego, se gira el etrog y se mueven las especies en seis direcciones (este, sur, oeste, norte, arriba, abajo) mientras se recita o canta Hodu LAdonai ki tov ki lolam jasdo “Dad gracias a Adonai, porque es un Dios bueno, y que su amor dure para siempre”, y se sujetan durante las procesiones alrededor de la bimah –plataforma, podio, púlpito- cada día durante la festividad. Éstas son conocidas como Hoshanot, porque mientras la marcha se hace, se recita una oración con el estribillo, Hoshana. Hoshanna es la contracción de la frase hebrea Hoshiah na, Sálvanos, Señor… del Salmo 118:25.

Cada una de las cuatro especies fue interpretada como partes del cuerpo humano, permaneciendo juntas para servir a Dios:
• el sauce es la boca, que dice la oración;
• el etrog el corazón, base de la sabiduría y el entendimiento;
• el lulav la columna vertebral, símbolo del carácter recto; y
• el mirto los ojos, herramientas de aprendizaje e iluminación.

Según un famoso midrash –comentario exegético a la Torá- (Vaikrá Rabá 30:11), las Cuatro Especies representan a cuatro tipos de personas:
• el etrog tiene sabor y fragancia, como aquellos que poseen conocimiento de la Torá y realizan buenos actos;
• la palmera datilera tiene sabor pero no fragancia, como los que poseen conocimiento de la Torá pero no realizan buenas acciones;
• el mirto tiene fragancia pero no sabor, como los que realizan buenas acciones pero no estudian la Torá;
• el sauce no tiene ni sabor ni fragancia, como los que no conocen la Torá ni realizan buenas acciones.

Por eso el Todopoderoso dijo: "Que se unan todos con un solo lazo de hermandad, y que uno procure indulgencia para el otro". Así estas cuatro especies son "atadas juntas en una hermandad", uniéndose para formar parte inseparable del pueblo de Dios.
Si los distintos tipos de personas se respetan mutuamente, y se complementan se produce el progreso cualitativo del grupo y de cada uno de sus miembros.
• La aravá deja su insipidez y su falta de aroma grato, pues se contagia de los demás.
• El hadás aprende algo, descansa del actuar para llenar de significados las acciones.
• El lulav desciende un poco de su torre de marfil, abre los ojos a lo que está ahí pero no veía.
• Y el etrog deja de crecer en soledad para formar parte de un conjunto, para hacerse junto a los otros, y mezclarse para procurar la elevación del resto.

Sucot marca el tiempo de juicio por las lluvias y el rocío y, como estas cuatro especies requieren mucha agua para crecer, al agitarlas en todas las direcciones, pedimos a Dios por el agua que se requiere en todas partes. También se reza por los vientos, pidiendo que estos sean únicamente para bendición.
En el séptimo día de Sucot, Hoshaná Rabbá, se realizan siete giros.
En SUCOT se lee en los templos el libro Kohelet, Eclesiastés, atribuido al Rey Salomón, famoso por su sabiduría. Este es un libro de reflexiones profundas sobre la vida, la muerte y otros temas filosóficos. ("No hay nada nuevo bajo el sol", "Todos los ríos fluyen al mar...")
La sucá, frágil vivienda temporaria, nos lleva a reflexionar sobre la precariedad del ser humano, del cuerpo físico, y nos muestra iguales ya que tanto el poderoso como el pobre, deben (debieran) trasladarse a una frágil cabaña.
La fiesta de Sucot llega a su culminación en el noveno día, llamado Simjat Torá (alegría de la Torá). Alegría, no por un acontecimiento histórico pasado, sino por un hecho estrictamente presente: en este día se concluye la lectura de la Torá en la sinagoga.
En esta fiesta se leen los últimos capítulos del Pentateuco –Torá- y, de inmediato, se leen los primeros capítulos del mismo, para demostrar simbólicamente que esta lectura no tiene fin. Si en Shavuot se conmemora el momento de la entrega de la Ley Divina, en Simjat Torá el regocijo deriva de la recepción de la misma Ley… ¡HOY!
Realizó: Adriana R. Guevara para ESCUELA DE AMOR



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