lunes, 27 de diciembre de 2010

Bendición para el Año Nuevo



Bendición para el Año Nuevo
(Basada en textos bíblicos)

Que tu ser interior sea transformado y puedas ver claramente tu propio viaje junto a toda la humanidad como un viaje de paz, esperanza y unidad. (1)

Que te apoyes en Dios en los momentos de dificultad y dolor. Que reconozcas a Dios como tu roca, tu refugio, tu fuerza, tu consuelo y apoyo. (2)

Que seas consciente de todos los lugares por los que caminas. Que conozcas la belleza de los pies del mensajero que anuncia la buena noticia. (3)

Que no tengas miedo a las preguntas que angustian tu corazón y complican tu mente. Que sepas recibirlas y esperes pacientemente el día en que encontrarán respuesta. (4)

Que seas el que da la bienvenida con una sonrisa a los que estrechen tu mano; las manos que extiendas a todo el mundo te bendecirán por tu actitud. (5)

Que tengas respeto por todas las cosas creadas. Que preserves, con valor y entusiasmo, la maravilla de la Creación. (6)

Que la compasión viva dentro tuyo y que puedas probar las lágrimas de tus hermanos. (7)

Que te despiertes cada mañana con agradecimiento en tus labios y alegría en tu corazón, reconociendo que todo es gracia, que todo es bendición. (8)

Que tu amistad con Dios sea amorosa y sana. Que ese amor sea a la vez el motor que te lleve a encontrar el camino en el año nuevo. (9)

Que tu espíritu se abra en la oración y se mantenga atento para descubrir los designios que Dios guarda para vos. (10)

Que tu vida, este año, sea un regalo para Dios.
Amén



1) Números 24: 15-17 Entonces proclamó su poema: «Palabra de Balaam, hijo de Beor, palabra del hombre que atraviesa el misterio, 16 oráculo del que escucha las palabras de Dios y que posee la ciencia del Altísimo, que ve lo que el Dios de la Estepa le deja ver, que se postra, y Dios le abre los ojos. Lo veo; pero no por ahora, lo contemplo, pero no de cerca: un astro se levanta desde Jacob, un cetro se yergue en Israel.
Juan 20: 20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron mucho al ver al Señor.

2) Salmo 94:18 Apenas dije: «¡Vacilan mis pies!» tu bondad, Señor, me reafirmó.

3) Isaías 52:7 Qué bien venidos, por los montes, los pasos del que trae buenas noticias, que anuncia la paz, que trae la felicidad, que anuncia la salvación, y que dice a Sión: «¡Ya reina tu Dios!»

4) Mateo 11: 3 ¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?

5) Lucas cuenta la historia del religioso fariseo y la mujer pecadora a la cual le quedaron perdonados los pecados por su fe

6) Sirácides 42: 15 Voy ahora a recordar las obras del Señor, y a contar lo que he visto: las obras del Señor salieron de sus palabras, conforme a sus decisiones. 43: 33 Sí, el Señor hizo todas esas cosas, y a sus fieles otorga que las puedan comprender.

7)2 Corintios 1:3-7 Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús, nuestro Señor, Padre lleno de ternura, Dios del que viene todo consuelo. El nos conforta en toda prueba, para que también nosotros seamos capaces de confortar a los que están en cualquier dificultad, mediante el mismo consuelo que recibimos de Dios. Pues en la misma medida en que los sufrimientos de Cristo re-caen abundantemente sobre nosotros, el consuelo de Cristo también nos llega con mayor abundancia. Estas pruebas nuestras son para consuelo y salvación de ustedes, y de igual modo nuestro consuelo será consuelo para ustedes cuando tengan que soportar los mismos sufrimientos que ahora padecemos nosotros. Si ustedes comparten nuestros sufrimientos, también compartirán nuestro consuelo; se lo decimos y lo esperamos con mucha firmeza.

8) Salmo 138: 1 Te doy gracias, Señor, de todo corazón, pues oíste las palabras de mi boca. Canto para ti en presencia de los ángeles

9) Juan 21:15-19 Cuando terminaron de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos.» Le preguntó por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» Pedro volvió a contestar: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús le dijo: «Cuida de mis ovejas.» Insistió Jesús por tercera vez: «Simón Pedro, hijo de Juan, ¿me quieres?» Pedro se puso triste al ver que Jesús le preguntaba por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero.» Entonces Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas. En verdad, cuando eras joven, tú mismo te ponías el cinturón e ibas a donde querías. Pero cuando llegues a viejo, abrirás los brazos y otro te amarrará la cintura y te llevará a donde no quieras.» Jesús lo dijo para que Pedro comprendiera en qué forma iba a morir y dar gloria a Dios. Y añadió: «Sígueme.».

10) En Lucas 1: 26:38 se encuentra la Anunciación a María: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» y la respuesta de la Madre del Señor y Madre nuestra; «Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como has dicho.»