jueves, 17 de marzo de 2011

PURIM: una celebración alegre

Purim
La fiesta de Ester

El nombre Purim surge de la palabra babilónica “pur” que significa suertes tal como consta en el Libro de Ester capítulo 3, versículo 7 y capítulo 9, versículo 24.
Esta fiesta, una de las más alegres, se celebra de acuerdo al calendario hebreo el día 14 del mes de Adar.
Dicen nuestros maestros respecto del mes de Adar “…desde el comienzo del mes de Adar se incrementa la alegría” (Talmud Babilónico Tratado Ta’anit 29a).
Durante la ceremonia religiosa que se realiza en la sinagoga se lee en voz alta, con una melodía especial, el Libro o Meguilat Ester. El texto habla de la belleza de Ester y relata todos sus actos, celebrando (sobre todo) la solidaridad con su gente y su devota oración con la que obtiene la salvación del pueblo.
En el Libro de Ester se relatan los acontecimientos vividos durante el reinado del rey Ajashverosh (Asuero), con su ministro Haman.
Cada vez que, durante la lectura del Libro, es mencionado el nombre de Haman los presentes hacen ruidos con diversos elementos (se suelen utilizar matracas) y el objetivo de dichos ruidos es evitar escuchar el nombre del enemigo del pueblo judío, aquel que quiso su exterminación.
Era un tiempo oscuro en el que Dios “aparentaba” estar ausente: y no aparece mencionado ni una sola vez en todo el Libro de Ester, pero el mensaje subliminal es que ÉL opera siempre y en todo lugar, incluso cuando está oculto, para asegurar la supervivencia y la redención del pueblo.
Ester es nombre persa y significa Estrella. El nombre hebreo de Ester es Hadasa.
La palabra Ester es gramaticalmente similar a la palabra ocultar.
En la fiesta de Purim se agradece a Dios por el milagro que ÉL ha realizado, dado que impidió la aniquilación de los judíos de aquel lugar.
En el Libro de Ester capítulo 3, versículo 13, leemos: Asuero le dio a Haman su anillo, símbolo del apoyo real, con el que selló las cartas en que se ordenaba hacer desaparecer, matar, exterminar en un mismo día… a todos los judíos, tanto jóvenes como viejos. Además se les expropiarían todos sus bienes.
En Purim se puede beber vino en abundancia, aunque lo importante es alegrarse y no emborracharse, como dice el Salmo 104, versículo 15: “vino que da alegría al corazón”.
Los disfraces ocultan al ser interior y verdadero, que así no se muestra, pero que espera, simbólicamente, que se revele lo real que está escondido.
Esta alegoría es central en Purim.
Los sabios dicen que el vino bebido ese día “revela secretos ocultos”, aquellos que esconde el alma (Tratado Eiruvin 65a; Sanhedrin 38a. del Talmud Babilónico).
Se comen masitas dulces llamadas “homentashn”, con forma triangular para recordar el sombrero de tres puntas que usaba Haman.
Se envían regalos a los pobres y carenciados: “Matanot Laevionim” (esto debiera ser una norma como la Tzedaká –justicia, caridad-, con el objeto de colaborar para que los más necesitados también puedan vivir la celebración).
También se hacen obsequios entre allegados: “Mishloaj Manot”. Esta mitzvá permite mejorar las relaciones con los amigos y conocidos: acercarse, compartir y dialogar.
La Meguilá nos dice: "Mordejai consignó por escrito todas estas cosas y envió cartas a los judíos de todas las provincias del rey Ajashverosh, tanto lejanos como próximos, ordenándoles que celebraran todos los años el día 14 y el día 15 del mes de Adar, porque en tales días los judíos obtuvieron paz contra sus enemigos, y en este mes la aflicción se trocó en alegría y el llanto en festividad; que los convirtieran en días de alegres festines y mutuos regalos y de donaciones a los necesitados" (
Libro de Ester, 9:20-22). "Así estos días de Purim, conmemorados y celebrados de generación en generación en todas las familias, en todas las provincias y en todas las ciudades, no desaparecerán de entre los Judíos, y su recuerdo no se perderá entre sus descendientes." (Libro de Ester 9:28)