lunes, 7 de septiembre de 2009

Convidando buenas noticias





Comparto la invitación a la ceremonia de bodas de dos amigos

El viernes 21-ago-09, José Moisés Chaufán escribió:

Queridos corresponsales y amigos:
Deseo participarles que el próximo 5 de setiembre me casaré con la señora Susana Paez de la Torre, que siendo de mi misma edad me gana ampliamente en varios rubros: tiene 7 hijos (yo solamente 3), 33 nietos (yo apenas 3) y 10 bisnietos (yo, modestamente, solo un sobrino bisnieto). La ceremonia religiosa será a las 11,30 hs. del indicado día, en el Patrocinio de San José, Ayacucho 1064/72, C.A.B.A., en donde nos encantaría contar con v/apreciado acompañamiento. Un cordial abrazo.
JOSÉ



El sábado 05 de septiembre de 2.009 tuve la gracia de asistir a la boda de José y Susy. Ambos contrayentes ya superaron las ocho décadas y, para el asombro de los que podemos ser sus hijos, sellaron su amor en una bellísima ceremonia llena de familiares alegres y amigos emocionados, celebrada por el Padre Julio Torres en la Iglesia Patrocinio de San José, de Buenos Aires, Argentina.

Pablo en la Primera carta a los corintios sintetizó como nadie al AMOR, y Susy y José se atreven a vivirlo y a mostrarnos a todos que no hay nada más perfecto que el amor…

1 Corintios 13
Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe.
Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios - el saber más elevado -, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta amor nada soy.
Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo, pero para recibir alabanzas y sin tener el amor, de nada me sirve.
El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo.
No se alegra de lo injusto, sino que se goza de la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo.
El amor nunca pasará. Las profecías perderán su razón de ser, callarán las lenguas y ya no servirá el saber más elevado. Porque este saber queda muy imperfecto, y nuestras profecías son también algo muy limitado; y cuando llegue lo perfecto, lo que es limitado desaparecerá.
Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba y razonaba como niño. Pero cuándo me hice hombre, dejé de lado las cosas de niño. Así también en el momento presente vemos las cosas como en un mal espejo y hay que adivinarlas, pero entonces las vemos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como soy conocido.
Ahora, pues, son válidas la fe, la esperanza y el amor; las tres, pero la mayor de estas tres es el Amor.
Gracias Susy y José
por compartir gozo
Adriana